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jueves, 18 de octubre de 2012



Guerra  del  Chaco
 
 La Guerra del Chaco

La Guerra del Chaco, entre Paraguay y Bolivia, se libró desde septiembre del año 1932 hasta junio de 1935, por el control del Chaco Boreal. La aridez y escasa población de ese territorio hizo que, desde la época colonial, nunca se definieran sus límites en función a la dependencia política y administrativa. Cuando Bolivia perdió la salida al océano Pacífico, como consecuencia de la Guerra del Pacífico (1879), esta región adquirió un valor estratégico para ese país: la ocupación del Chaco Boreal fue necesaria para salir al río Paraguay y por esa vía tener acceso al océano Atlántico. Otro motivo fue la supuesta existencia de petróleo en el subsuelo chaqueño.
Fue la guerra más importante en Sudamérica durante el siglo XX. En los 3 años de duración, Bolivia movilizó 250 000 soldados y Paraguay 150 000, que se enfrentaron en combates en los que hubo gran cantidad de bajas (60 000 bolivianos y 30 000 paraguayos), gran cantidad de heridos, mutilados y desaparecidos.

El ataque boliviano al fortín Carlos A. López (15 de junio 1932)


El 15 de junio de 1932, un destacamento del ejército boliviano al mando del mayor Oscar Moscoso atacó y destruyó el fortín Carlos Antonio López, ubicado al borde de la laguna Pitiantuta o "laguna Chuquisaca" como fue bautizada después por los bolivianos. Esta acción militar se hizo contrariando órdenes expresas del presidente Salamanca de evitar todo tipo de provocación en el Chaco. Un mes después, el 16 de julio, el destacamento paraguayo Coronel Palacios recuperó la laguna después de una pequeña refriega. Este hecho fue presentado al pueblo boliviano como un artero ataque a Bolivia y se lo condimentó además con falsos actos de barbarie cometidos por los soldados paraguayos. 



Primera ofensiva paraguaya (septiembre de 1932 a diciembre de 1932)

    Después de la pequeña refriega en la laguna Chuquisaca/Pitiantuta (16 de julio), la 4.ª División boliviana fue enviada con alrededor de 300  hombres a ocupar los fortines paraguayos Corrales, Toledo y Boquerón. A fines de julio los dos primeros fueron capturados con suma facilidad, y después de un combate de dos horas también cayó 
el último. En esta operación el teniente coronel Aguirre (junto con otros oficiales y soldados) falleció a causa de una emboscada preparada con antelación, dejando el mando a su segundo, el teniente coronel Manuel Marzana. Este competente oficial fue el responsable de sostener el cerco de Boquerón resistiendo los embates del grueso del ejército paraguayo, que desde el 9 al 29 de septiembre de 1932 lo atacaría sin cesar.
            Finalmente, los pocos soldados sobrevivientes, agotados y sin municiones, no pudieron impedir que los paraguayos ocuparan el fortín. El 8 de septiembre, aviones de combate bolivianos detectaron la aproximación del RI-2 paraguayo en el camino hacia Boquerón y bombardearon y ametrallaron la columna, ocasionando bajas entre hombres y caballos. Los paraguayos atacaron desaprensivamente a Boquerón el 9 de septiembre. Cuando los voluntariosos ataques iniciales no tuvieron éxito, las fuerzas atacantes tomaron posiciones en la retaguardia boliviana para emboscar a las fuerzas que pudieran acudir en ayuda del cercado fortín. El día 10, una columna de camiones del RI-14 boliviano cayó en una emboscada sufriendo fuertes bajas. En el campo diplomático,
            Bolivia aceptó la propuesta de la Comisión de Neutrales de suspender las hostilidades creando un cinturón de neutralización de dos kilómetros alrededor de Boquerón. El Paraguay no lo aceptó y mantuvo la posición inicial de que previamente Bolivia debía devolver los fortines capturados en el mes de julio. 

 
Segunda ofensiva paraguaya (agosto a diciembre de 1933)

              Los ataques y contraataques en la zona Nanawa-Gondra debilitaron, al norte, el sector avanzado de Alihuatá defendido por tres unidades bolivianas: el regimiento ‘’Ballivián‘’, en Campo Grande, a la izquierda de Alihuatá; el regimiento ‘’Chacaltaya‘’, en el centro, sobre el camino Alihuatá-Arce; y una pequeña compañía del regimiento ‘’Junín‘’, en Pozo Favorito. La 7.ª División paraguaya, al mando del teniente coronel Ortiz, al comprobar el débil enlace entre ellas, realizó tres cercos separados, uno contra el regimiento ‘’Ballivián‘’, que era el principal, y los otros dos, con unidades menores, contra el regimiento ‘’Chacaltaya‘’ y la compañía del regimiento ‘’Junín‘’.
                        Las unidades bolivianas hicieron desesperados esfuerzos para salir de los cercos. Los regimientos RI-4 ‘’Loa‘’ y ‘’Ayacucho‘’, fueron trasladados desde Nanawa en su ayuda, pero el ‘’Loa‘’ también cayó en el cerco y el ‘’Ayacucho‘’ no pudo alterar la situación.
                        Tras días de sufrimiento por la falta de agua y el hostigamiento enemigo, el día 15 de septiembre, los regimientos ‘’Ballivián‘’ y ‘’Loa‘’ capitularon. Un total de 509 soldados, con 2 jefes, 11 oficiales, 3 médicos y 10 suboficiales se rindieron.

Fin de la guerra

La duración, los malos resultados y la lista de bajas acrecentaron el descontento del pueblo boliviano ante la guerra. Solo los militares sostenían que con tiempo y recursos todavía se podía alcanzar la victoria. Pero esta actitud era solo para salvar las apariencias. En mayo de 1935, en plena ofensiva boliviana sobre el Parapeti, el coronel Ángel Rodríguez expuso que para alcanzarla se necesitaban 50 000 hombres, 500 camiones, gran cantidad de municiones y recursos monetarios suficientes para sostener el aprovisionamiento del ejército por largo tiempo. Ante la sugerencia de que debía consultarse al Comando del ejército ubicado en Villamontes, general Peñaranda y coronel Toro, el representante del ejército boliviano en la delegación, coronel Ángel Rodríguez, afirmó: “El Comando soy yo”.
             El día 5 de junio de 1935, en Buenos Aires (Argentina), los delegados bolivianos intercambiaron entre sí diferentes opiniones respecto de la propuesta del cese de hostilidades.
El 12 de junio de 1935, en Buenos Aires, Argentina, se firmó el Protocolo de Paz donde se acordó el cese definitivo de las hostilidades sobre la base de las posiciones alcanzadas hasta ese momento por los beligerantes.





                       El 18 de julio de 1935, en Puesto Merino, ubicado en la tierra de nadie camino a Villamontes, se produjo el primer encuentro entre los comandantes de ambos ejércitos. La sencillez del general Estigarribia contrastó con las condecoraciones, correaje y fusta que portaba Peñaranda.
            Después de largas negociaciones, el tratado para terminar la guerra fue firmado en Buenos Aires (Argentina) el 21 de julio de 1938. El canciller argentino Carlos Saavedra Lamas, había convocado a una Conferencia de Paz en Buenos Aires. Había obtenido el premio Nobel de la Paz de 1936, por su labor en pro de la paz en general, y en particular por haber inspirado el Pacto antibélico Saavedra Lamas, firmado por 21 naciones y convertido en un instrumento jurídico internacional. Tuvo un papel importante como mediador para finalizar la guerra del Chaco.
            De la totalidad del Chaco Boreal, 3/4 partes se reconocieron bajo soberanía paraguaya. Bolivia recibió una zona a orillas del río Paraguay, donde se encuentra hoy día Puerto Busch.

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