Guerra
del Chaco
La Guerra del Chaco
La Guerra del Chaco,
entre Paraguay y Bolivia, se libró desde septiembre del año 1932 hasta junio de
1935, por el control del Chaco Boreal. La aridez y escasa población de ese
territorio hizo que, desde la época colonial, nunca se definieran sus límites
en función a la dependencia política y administrativa. Cuando Bolivia perdió la
salida al océano Pacífico, como consecuencia de la Guerra del Pacífico (1879), esta
región adquirió un valor estratégico para ese país: la ocupación del Chaco
Boreal fue necesaria para salir al río Paraguay y por esa vía tener acceso al
océano Atlántico. Otro motivo fue la supuesta existencia de petróleo en el
subsuelo chaqueño.
Fue la guerra más importante en Sudamérica durante el siglo XX. En los 3
años de duración, Bolivia movilizó 250 000 soldados y Paraguay
150 000, que se enfrentaron en combates en los que hubo gran cantidad de
bajas (60 000 bolivianos y 30 000 paraguayos), gran cantidad
de heridos, mutilados y desaparecidos.
El ataque boliviano al fortín Carlos A. López (15 de junio 1932)
Primera ofensiva paraguaya (septiembre de 1932 a diciembre de 1932)
Después
de la pequeña refriega en la laguna Chuquisaca/Pitiantuta (16 de julio), la 4.ª
División boliviana fue enviada con alrededor de 300 hombres a ocupar los
fortines paraguayos Corrales, Toledo y Boquerón. A fines de julio los dos
primeros fueron capturados con suma facilidad, y después de un combate de dos
horas también cayó
Finalmente, los pocos soldados sobrevivientes, agotados y
sin municiones, no pudieron impedir que los paraguayos ocuparan el fortín. El 8
de septiembre, aviones de combate bolivianos detectaron la aproximación del
RI-2 paraguayo en el camino hacia Boquerón y bombardearon y ametrallaron la
columna, ocasionando bajas entre hombres y caballos. Los paraguayos atacaron
desaprensivamente a Boquerón el 9 de septiembre. Cuando los voluntariosos
ataques iniciales no tuvieron éxito, las fuerzas atacantes tomaron posiciones
en la retaguardia boliviana para emboscar a las fuerzas que pudieran acudir en
ayuda del cercado fortín. El día 10, una columna de camiones del RI-14
boliviano cayó en una emboscada sufriendo fuertes bajas. En el campo
diplomático,
Bolivia aceptó la propuesta de la Comisión de Neutrales
de suspender las hostilidades creando un cinturón de neutralización de dos
kilómetros alrededor de Boquerón. El Paraguay no lo aceptó y mantuvo la
posición inicial de que previamente Bolivia debía devolver los fortines
capturados en el mes de julio.
Segunda
ofensiva paraguaya (agosto a diciembre de 1933)
Los ataques y contraataques en la zona Nanawa-Gondra debilitaron, al
norte, el sector avanzado de Alihuatá defendido por tres unidades bolivianas:
el regimiento ‘’Ballivián‘’, en Campo Grande, a la izquierda de Alihuatá; el
regimiento ‘’Chacaltaya‘’, en el centro, sobre el camino Alihuatá-Arce; y una
pequeña compañía del regimiento ‘’Junín‘’, en Pozo Favorito. La
7.ª División paraguaya, al mando del teniente coronel Ortiz, al comprobar
el débil enlace entre ellas, realizó tres cercos separados, uno contra el
regimiento ‘’Ballivián‘’, que era el principal, y los otros dos, con unidades
menores, contra el regimiento ‘’Chacaltaya‘’ y la compañía del regimiento
‘’Junín‘’.
Tras días de sufrimiento por la falta de agua
y el hostigamiento enemigo, el día 15 de septiembre, los regimientos
‘’Ballivián‘’ y ‘’Loa‘’ capitularon. Un total de 509 soldados, con
2 jefes, 11 oficiales, 3 médicos y 10 suboficiales se
rindieron.
Fin de
la guerra
La duración, los malos resultados
y la lista de bajas acrecentaron el descontento del pueblo boliviano ante la
guerra. Solo los militares sostenían que con tiempo y recursos todavía se podía
alcanzar la victoria. Pero esta actitud era solo para salvar las apariencias.
En mayo de 1935, en plena ofensiva boliviana sobre el Parapeti, el coronel
Ángel Rodríguez expuso que para alcanzarla se necesitaban 50 000 hombres,
500 camiones, gran cantidad de municiones y recursos monetarios
suficientes para sostener el aprovisionamiento del ejército por largo tiempo.
Ante la sugerencia de que debía consultarse al Comando del ejército ubicado en
Villamontes, general Peñaranda y coronel Toro, el representante del ejército
boliviano en la delegación, coronel Ángel Rodríguez, afirmó: “El Comando soy
yo”.
El día 5 de junio de 1935, en Buenos Aires (Argentina), los delegados
bolivianos intercambiaron entre sí diferentes opiniones respecto de la
propuesta del cese de hostilidades.
El 12 de junio de 1935, en Buenos Aires, Argentina, se firmó el Protocolo
de Paz donde se acordó el cese definitivo de las hostilidades sobre la base de
las posiciones alcanzadas hasta ese momento por los beligerantes.
El 18 de julio de 1935, en Puesto Merino, ubicado en la tierra de nadie
camino a Villamontes, se produjo el primer encuentro entre los comandantes de
ambos ejércitos. La sencillez del general Estigarribia contrastó con las
condecoraciones, correaje y fusta que portaba Peñaranda.
Después de largas
negociaciones, el tratado para terminar la guerra fue firmado en Buenos Aires
(Argentina) el 21 de julio de 1938. El canciller argentino Carlos Saavedra
Lamas, había convocado a una Conferencia de Paz en Buenos Aires. Había obtenido
el premio Nobel de la Paz de 1936, por su labor en pro de la paz en general, y
en particular por haber inspirado el Pacto antibélico Saavedra Lamas, firmado
por 21 naciones y convertido en un instrumento jurídico internacional. Tuvo un
papel importante como mediador para finalizar la guerra del Chaco.
De la totalidad del
Chaco Boreal, 3/4 partes se reconocieron bajo soberanía paraguaya. Bolivia
recibió una zona a orillas del río Paraguay, donde se encuentra hoy día Puerto
Busch.
Buena información sobre este hecho histórico!
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