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miércoles, 17 de octubre de 2012




Independencia de Paraguay: Reseña histórica

La Indendencia de Paraguay de España se concretó entre el 14 y 15 de mayo de 1811. Breve reseña histórica.  

Foto: Página oficial del Bicentenario 

 

 

 

 

 

 

 

Foto: Página oficial del Bicentenario

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Por Guido Rodríguez Alcalá.
En la noche del 14 de mayo de 1811, un grupo de oficiales paraguayos jóvenes se apoderó de los principales cuarteles de Asunción.
Entre aquellos oficiales estaban los siguientes, que mencionamos dando el año de nacimiento: Vicente Ignacio Antonio Tomás Yegros (1783), Iturbe (1786), Pedro Juan Caballero (1786), Juan Bautista Rivarola (1789), Mauricio José Troche (1790). Esta lista incompleta muestra que eran jóvenes, pues tenían entre veinte y veintiocho años de edad aproximadamente. Debe agregarse que todos ellos eran del interior.
En la madrugada del 15 de mayo, los oficiales presentaron una nota al gobernador español Bernardo de Velasco, para exigirle que les entregase las armas, el dinero y los documentos oficiales. Al principio, Velasco se resistió, pero después terminó entregando lo que se le exigía. De esta manera, Velasco perdió toda autoridad, aunque no se lo separó del gobierno inmediatamente.
El 16 de mayo se formó un triunvirato integrado por Velasco, José Gaspar de Francia y Juan Zeballos. Ese mismo día, el triunvirato juró fidelidad al rey de España, Fernando VII, que entonces se encontraba en Francia, prisionero del emperador francés Napoleón. Aunque los próceres querían la independencia, todavía no la declararon abiertamente, sino que se dijeron leales a España. mas info.click Aqui.



Antecedentes

La ciudad de Asunción del Paraguay fue la primera capital de la gobernación del Río de la Plata; desde allí partieron las expediciones que fundaron las demás ciudades de la misma, entre ellas Buenos Aires. Eso le valió, entre los historiadores, el calificativo de «madre de ciudades».
La división de la gobernación en dos, quedando Buenos Aires como capital de la gobernación del Río de la Plata y Asunción como capital de la gobernación del Paraguay, no alteró durante mucho tiempo la primacía del Paraguay en la cuenca del Plata. En primer lugar, primacía poblacional: hasta la segunda mitad del siglo XVIII, la población de Buenos Aires fue menor que la de Asunción, y no fue hasta bien entrado el siglo XIX que la jurisdicción de Buenos Aires superó en población a la del Paraguay.
La revolución comunera del Paraguay, ocurrida entre 1717 y 1735, inició un proceso de pérdida del favor real para esa provincia, proceso que fue continuado con la preponderancia del gobernador de Buenos Aires en las guerras guaraníticas, y con el encargo real del rey español al gobernador de Buenos Aires Francisco de Paula Bucarelli de dirigir la expulsión de los jesuitas no solamente de su jurisdicción, sino también de la de las gobernaciones vecinas. El proceso culminó en el año 1776, con la creación del virreinato del Río de la Plata, con capital en Buenos Aires. La provincia del Paraguay, transformada en intendencia en 1782, fue incorporada al nuevo virreinato.
En general se supone que los paraguayos solamente toleraron la nueva situación, que los ponía manifiestamente en inferioridad de condiciones respecto a la ciudad que había sido fundada por asuncenos y gobernada desde Asunción. Se generó entre la población paraguaya un resentimiento contra Buenos Aires, que se mantuvo oculto hasta el final del período colonial. Incluso la decisión de deponer al virrey Sobremonte, tomada exclusivamente por los estamentos porteños en 1807, fue aceptada sin reclamamación alguna en el Paraguay, y esta intendencia participó en la defensa contra las Invasiones Inglesas con una fuerza de 534 hombres, comandados por el coronel de milicias José de Espínola y Peña.
La oposición del Paraguay a la infuencia porteña se debía también a factores económicos: desde siempre, el gobierno porteño — y luego el virreinal — había apoyado el desarrollo del comercio de la yerba mate en las antiguas misiones jesuíticas guaraníes, que desde la perspectiva asuncena habían sido rivales económicos. Otro factor que amplió los resentimientos paraguayos fue el cierre de la navegación paraguaya hacia el Río de la Plata. En 1739 la Real Audiencia de Charcas dispuso que Santa Fe fuera un puerto preciso de la navegación del Paraguay, lo que fue confirmado por la real cédula del 1 de abril de 1743. Todos los barcos procedentes del Paraguay debían desembarcar sus cargas en Santa Fe para luego de pagar un impuesto seguir por tierra hacia Buenos Aires, lo que provocó disputas entre los cabildos y gobernadores de las tres ciudades. El 13 de abril de 1780 el virrey Pedro Melo de Portugal abolió provisoriamente los privilegios del puerto preciso de Santa Fe, lo que fue confirmado por el Consejo de Indias el 14 de febrero de 1781.
Luego de las Invasiones Inglesas, el virreinato quedó regido de hecho por un sistema de libre comercio internacional, y el antiguo monopolio colonial fue reemplazado por una relación mercantil muy favorable a Buenos Aires. En los años siguientes a las invasiones británicas, los comerciantes asuncenos pretendieron elevar los precios de sus exportaciones y crear un monopolio para la yerba mate similar al que existía sobre la venta de tabaco, llamado estanco del tabaco. Los asuncenos pretendían reducir así la competencia de la Villa Real de la Concepción y obtener mayores ganancias a expensas de los consumidores de Buenos Aires, que sufrirían los efectos del monopolio. El secretario del Real Consulado de Buenos Aires, Manuel Belgrano, presionó exitosamente al virrey para impedir se concretara el monopolio, lo que generó profundos sentimientos de suspicacia y recelo en las regiones productoras de yerba mate, que estaban en su apogeo al momento de la Revolución de Mayo.


El Paraguay y la Revolución de Mayo en Buenos Aires

A raíz de la delicada situación española en la península ibérica, que luchaba contra las tropas de Napoleón Bonaparte, el 25 de mayo de 1810 fue depuesto en Buenos Aires el virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros, hecho conocido como Revolución de Mayo. En su lugar asumió el mando una Junta Provisional de Gobierno, que aspiraba a gobernar el virreinato del Río de la Plata en nombre del rey Fernando VII hasta que se aclarase la situación en la península ibérica.
El movimiento había sido realizado exclusivamente en la capital del virreinato, sin consulta previa alguna con las demás ciudades e intendencias del mismo. Por ello la junta y el Cabildo de Buenos Aires dirigieron comunicaciones a las demás ciudades, villas y autoridades del virreinato, expresando sus motivos para asumir el gobierno y solicitando su reconocimiento y acatamiento. También se pedía el envío de diputados para la formación de un gobierno representativo.

Misión del coronel Espínola

Las comunicaciones de la junta y del cabildo, fechadas respectivamente el 27 y 29 de mayo, fueron llevadas a Asunción por el coronel José de Espínola y Peña:
"V.S. conoce muy bien los males que son consiguientes a una desunión, que abriendo la puerta, a consideraciones dirigidas por el interés momentáneo de cada pueblo, produzca al fin, una recíproca debilidad que haga inevitable la ruina de todos, y ésta debería esperarse más de cerca, si la potencia vecina que acecha, pudiese calcular sobre la disolución de la unidad de estas provincias."

                                                                                Circular de la Junta Provisional Gubernativa      
                                          


Espínola había sido separado del cargo de subdelegado y comandante de armas de Concepción por el gobernador-intendente, Bernardo de Velasco en 1805. Restituido en el cargo posteriormente, había sido separado nuevamente en 1810, por "los tristes lamentos de los pobladores de Villa Real hasta entonces oprimidos por el despótico manejo del expresado coronel". Viajó a Buenos Aires en marzo de 1810 para gestionar su reposición, por lo que el Cabildo de Asunción y Velasco hicieron saber al virrey su oposición a la misma. Espínola ha sido descrito como "hombre ordinario, violento, arrogante, ambicioso e ignorante" y también que "no había un viviente más odiado de los paraguayos".
 Producida la Revolución de Mayo, Espínola adhirió a ella. En razón de su jerarquía militar, la Junta lo comisionó para obtener la adhesión de la intendencia del Paraguay, llevando además en su camino las comunicaciones oficiales destinadas a las ciudades y villas que se hallaban en el camino a Asunción: San Nicolás de los Arroyos, Rosario, Santa Fe de la Vera Cruz, Bajada del Paraná y Corrientes.

 Al llegar a la Villa del Pilar de Ñeembucú, en cuya fundación había participado, el enviado de la junta porteña convocó al cabildo, presionándolo a reconocer y jurar a la Junta de Buenos Aires; también expidió células para el reclutamiento de tropas, tanto para enviar a Buenos Aires como para tener apoyo militar en el Paraguay. El 21 de junio llegó a Asunción, poniendo en manos del gobernador Velasco los pliegos que llevaba. Llevaba además el nombramiento secreto como comandante general del Paraguay, que mantuvo oculto, pero el gobernador se enteró de su contenido. Entendiendo que el acatamiento a la junta acarrearía su deposición, Velasco ordenó a Espínola que marchara inmediatamente a Concepción, en donde pensaba retenerlo hasta que se resolviera el acatamiento al movimiento revolucionario.

LES DEJO UN TRAILER DE UNA PELICULA PARAGUAYA BASADA EN LA INDEPENDENCIA DEL MISMO.

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